Ricardo Arriazu: “Argentina comete errores de corto plazo y vive de la confianza que no tiene”

⌚ Tiempo de lectura: 2 min

“El peso sirve para pagar sueldos, el resto se piensa en dólares”

Durante una exposición organizada por Grupo IEB Banca Privada en el hotel Four Seasons, el economista Ricardo Arriazu trazó un diagnóstico tajante sobre la coyuntura argentina:

“Vivimos en un sistema donde el peso solo sirve para pagar sueldos e impuestos. Todo lo demás se piensa en dólares.”

El especialista consideró que el país atraviesa una etapa de desequilibrios simultáneos, con inflación contenida artificialmente, caída de la actividad y pérdida de reservas.

“Entre noviembre de 2023 y abril de 2025 la inflación bajó, compraron US$25.000 millones, el riesgo país cayó a 600 puntos y la economía crecía. Pero desde entonces, el riesgo subió a 1.200, la actividad cae y no compraron un dólar”, resumió.

Críticas al manejo monetario: “Demasiados errores juntos”

Arriazu apuntó directamente al Gobierno por los errores en la coordinación de su política monetaria.

“En junio, con el aguinaldo y el turismo, el dólar siempre sube. Y no se les ocurrió otra cosa que comprar US$1.500 millones y cambiar el esquema monetario en julio. Dejaron $10 billones libres que derrumbaron la tasa de interés.”

El economista ironizó ante los empresarios presentes:

“¿Qué pasa cuando el dólar sube y la tasa baja? Todos corren al dólar. Es un manual de errores de corto plazo.”

Para Arriazu, este tipo de medidas improvisadas terminan deteriorando la confianza, uno de los activos más escasos de la economía local.

“Argentina tiene superávit fiscal en los papeles, pero déficit de confianza en la realidad. Y ese déficit cuesta más caro que cualquier otro”, advirtió.

En contra de las bandas y devaluaciones

Consultado sobre el rumbo cambiario, Arriazu rechazó dos ideas que vuelven cíclicamente al debate económico:

“Las bandas cambiarias son un error. Alimentan la especulación, no la estabilidad.”

Y respecto a una posible devaluación, fue categórico:

“Devaluar no soluciona nada. Cambia precios relativos, pero no la realidad. La única forma de que el tipo de cambio sea sostenible es con confianza.”

El economista graficó su crítica con una de sus analogías características:

“Es como una persona de un metro y medio que pide cambiar el sistema métrico para medir tres metros. Lo que debería pedir son hormonas de crecimiento.”

“Argentina es un estafador serial”

Arriazu también se refirió al problema estructural de la deuda y la falta de credibilidad internacional:

“Argentina defaulteó nueve veces, y una de ellas cantando el himno nacional. Nadie confía en que vayamos a pagar.”

Según explicó, la deuda pública total equivale al 68% del PBI, pero solo 19% corresponde a deuda de mercado, una de las proporciones más bajas del mundo.

“El problema no es la deuda, es la confianza. La incertidumbre tiene costos altísimos y los estamos pagando todos los días.”

Por eso, insistió en que la reconstrucción de credibilidad debe ser el eje de cualquier programa económico:

“Mientras no haya confianza, el crédito es caro, la inversión escasa y el crecimiento imposible.”

Qué se juega Milei en las elecciones

Arriazu consideró que el desenlace de las elecciones legislativas del 26 de octubre será determinante para el futuro del Gobierno.

“Si Milei logra un buen resultado, Estados Unidos va a ayudarlo a sostener la corrida. Pero si pierde respaldo político, la inestabilidad se multiplica.”

De todas formas, sostuvo que la Argentina tiene potencial para crecer al 5,5% anual si logra consolidar la estabilidad macro y aprovechar las ventajas del sector energético y agroexportador.

“Podemos crecer, pero no sin instituciones y previsibilidad. Lo urgente es dejar de improvisar”, enfatizó.

Para Ricardo Arriazu, la economía argentina no sufre de falta de recursos, sino de exceso de desconfianza.
Los errores de corto plazo, la volatilidad política y la pérdida de credibilidad minan cualquier intento de recuperación.

“El problema no es la falta de dólares, sino la falta de confianza. Y esa no se imprime ni se importa”, concluyó.