
El turismo interno continúa sin recuperarse y las señales que deja la temporada baja anticipan un verano con crecimiento moderado. Los viajes se acortan, el gasto se reduce y la gastronomía es uno de los sectores más golpeados, con caídas cercanas al 30%. El sector espera que el alivio inflacionario y las promociones puedan recomponer el consumo hacia enero y febrero.






