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La suba de la morosidad cambia el humor financiero y vuelve a cerrar la canilla del crédito. Las entidades endurecen sus criterios mientras crecen los impagos en tarjetas y préstamos personales. Aún sin riesgo sistémico, el crédito vuelve a ser privilegio de pocos
Actualidad11 de julio de 2025 Infoempresas⌚ Tiempo de lectura: 1:50 min.
¿Te cuesta sacar un crédito? No sos el único. En los últimos meses, la morosidad creció y los bancos comenzaron a poner más condiciones para financiar a particulares. Aunque desde el sector financiero aseguran que no hay alarma general, la curva de incumplimientos preocupa y ya se notan restricciones en productos clave, como los préstamos personales y las cuentas sueldo.
El aguinaldo de junio trajo algo de alivio, frenando el uso de tarjetas, pero las señales estructurales son claras: hay menos margen para prestarle a quienes representan algún tipo de riesgo. "Estamos sacándole jugo a las piedras", resumió un referente de una entidad con fuerte presencia en el país. Traducido: la colocación de créditos se complica, sobre todo entre quienes más los necesitan.
¿Qué tan seria es la situación?
Según datos del Banco Central, en abril la morosidad en préstamos personales trepó al 4,6%, el valor más alto en 20 meses. En tarjetas de crédito alcanzó un 3,2%, el mayor nivel en más de tres años y medio. Para el exvicepresidente del BCRA Jorge Carrera, esto refleja un “estrés en la recuperación del crédito” directamente ligado a la caída del poder adquisitivo y al mercado laboral.
Además, el uso del revolving, es decir el pago mínimo de la tarjeta que acumula intereses, se disparó. Y eso es una trampa: parece solución rápida, pero encarece el endeudamiento mes a mes.
Un informe de First Capital Group reveló que las operaciones con tarjetas en pesos cayeron por segundo mes consecutivo en junio, principalmente por la reducción de los programas de cuotas.
Sin motos no hay accidentes
Desde el sector bancario usan una metáfora que lo resume bien: “si no hay motos, no hay accidentes”. Es decir, si no hay crédito, tampoco hay morosos. Pero cuando el crédito vuelve, también vuelven los incumplimientos. Y eso es lo que está pasando.
Las entidades remarcan que el problema es contenible y que no hay riesgo sistémico, aunque en bancos pequeños o medianos, con alta exposición al consumo, pueden aparecer focos de tensión.
LCG confirmó que los retrasos en los pagos crecieron en mayo y junio, sobre todo entre individuos. Y Moody’s alertó sobre un posible riesgo de descalce de moneda ante la flexibilización del crédito en dólares.
Mientras tanto, el Gobierno apuesta a profundizar esas reformas para reactivar el financiamiento como motor de la recuperación. Pero por ahora, el crédito es para pocos… y con lupa.
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