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Actualidad23 de diciembre de 2025 Infoempresas


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Luego de un 2024 marcado por la pérdida de puestos registrados, el empleo formal privado empieza a mostrar un cambio en la dinámica. Los primeros datos de 2025 sugieren que la etapa más dura del ajuste ya pasó y que el mercado laboral ingresó en una fase de estabilización, aunque todavía sin una recuperación plena.
El foco ya no está solo en el saldo neto de empleo, sino en los flujos de creación y destrucción, una mirada clave para anticipar lo que puede venir para Empresas y pymes en el corto y mediano plazo.
Durante el primer trimestre de 2024, el empleo formal privado atravesó un fuerte ajuste. La creación bruta de empleo cayó con fuerza, mientras que la destrucción de puestos se aceleró, dando como resultado una pérdida neta cercana a los 73.000 empleos registrados.
Ese comportamiento respondió a un contexto macroeconómico contractivo, con caída de la actividad, corrección de precios relativos y empresas enfocadas en reducir costos para sostener su operación.

El primer trimestre de 2025 muestra una dinámica diferente:
la creación bruta de empleo vuelve a crecer en la comparación interanual
la destrucción de puestos se reduce de manera significativa
el saldo neto se acerca al equilibrio
Esto no implica aún una expansión sostenida del empleo formal, pero sí indica que el proceso de corrección perdió intensidad y que el mercado comienza a ordenarse.
Un dato relevante es de dónde provienen los movimientos. La mayor parte de la creación y destrucción de empleo se explica por empresas que continúan en actividad, ajustando o expandiendo sus dotaciones.
Las aperturas y cierres de firmas tienen un peso menor, lo que sugiere que no hay una salida masiva de empresas del sistema formal, sino un reacomodamiento interno dentro del entramado productivo existente.
Este punto es clave: el mercado laboral no está colapsando, sino transitando una etapa de transición.
Con el ajuste más intenso ya realizado, las decisiones empresarias empiezan a responder menos a la urgencia y más a las expectativas sobre la evolución económica.
En este contexto, la discusión sobre la reforma laboral cobra relevancia. Desde una mirada de flujos, su impacto no se medirá solo por los puestos creados en el corto plazo, sino por su capacidad de:
reducir incertidumbre
mejorar previsibilidad normativa
modificar los costos de contratar y desvincular personal
Si esos incentivos cambian, podrían mejorar la creación bruta de empleo y reducir la volatilidad.

Para Empresas, pymes y economías regionales, incluso en provincias como Chaco, el escenario es más alentador que hace un año:
el empleo dejó de caer con fuerza
las decisiones de dotación se vuelven más selectivas
la estabilidad aparece como condición previa a una recuperación
Sin embargo, el informe advierte que la expansión dependerá del contexto macro, la inversión y la creación de nuevas empresas.
De cara al próximo año, el desempeño del empleo formal dependerá menos de la inercia del ajuste y más de:
la estabilidad macroeconómica
la evolución del nivel de actividad
un marco institucional que incentive la inversión y la formalización
Si la mejora en los flujos se consolida, el mercado laboral podría empezar a mostrar señales de crecimiento sostenido, apoyado tanto en empresas existentes como en nuevos emprendimientos.

El empleo formal privado parece haber dejado atrás su fase más crítica. La estabilización es una buena noticia, aunque todavía insuficiente para hablar de recuperación plena. Para el ecosistema de InfoEmpresas, el dato clave es que el mercado dejó de ajustarse y empieza a ordenarse, un paso necesario para que el crecimiento vuelva a generar empleo registrado.



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