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Optimizar la carga tributaria es posible si se aplican estrategias adecuadas y dentro del marco normativo. Depreciación acelerada, venta y reemplazo, organización jurídica y beneficios promocionales son algunas de las herramientas al alcance de las empresas.
Actualidad19 de septiembre de 2025 Infoempresas


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Impuestos: una carga que se puede optimizar
En Argentina, los impuestos representan una de las cargas más pesadas para las empresas. Sin embargo, pagar menos es posible sin caer en maniobras evasivas: basta con diseñar una planificación fiscal adecuada.
La clave está en anticiparse al próximo ejercicio: cada mes que pasa sin revisar la estructura financiera de la empresa se pierde margen para postergar, prevenir, evitar o reducir el costo fiscal.

Qué implica una planificación fiscal
La planificación fiscal es una estrategia legítima destinada a minimizar el impacto impositivo. Para llevarla a cabo, el primer paso es un análisis exhaustivo de ingresos, gastos, inversiones y patrimonio de la compañía. Esto permite identificar deducciones, exenciones, créditos fiscales y beneficios promocionales disponibles.
Lejos de ser un recurso evasivo, se trata de usar a favor lo que la ley permite.
Herramientas básicas y legales
Existen métodos como el lineal o el acelerado. Este último es una ventaja en regímenes de promoción industrial, por ejemplo en inversiones de energía renovable, que permiten deducir más rápido la compra de bienes de capital.
Permite prorratear la ganancia fiscal de la venta de un bien de uso en los años de vida útil de otro adquirido en su reemplazo. Así, se difiere el pago del impuesto a futuros ejercicios.
Es posible compensar parte del saldo de IVA con un porcentaje de las contribuciones patronales abonadas, reduciendo el costo neto.
Muchas empresas familiares aún operan como sociedades simples, lo que inmoviliza créditos fiscales y limita la compensación de saldos a favor. Optar por una SAS, SRL o SA permite un mejor aprovechamiento y limita responsabilidades.
Si bien muchos se eliminaron o simplificaron, los que siguen vigentes son cruciales para evitar sanciones.
La informalidad de un proveedor puede generar problemas de fiscalización y costos adicionales.
Algunas actividades y zonas geográficas cuentan con incentivos específicos. Conocerlos y aplicarlos puede representar un ahorro significativo.
Proyectar el cierre del ejercicio permite transformar impuestos en inversiones útiles: por ejemplo, adquirir maquinaria agrícola o industrial en lugar de afrontar un pago fiscal equivalente.

Planificación para todas las empresas
El mensaje central es claro: la planificación fiscal no es exclusiva de grandes corporaciones. Todas las empresas, sin importar tamaño, rubro o forma jurídica, pueden aplicar estas herramientas para distribuir mejor su carga impositiva.
Además, es un proceso continuo, que debe revisarse y actualizarse periódicamente para reflejar tanto la situación financiera de la compañía como los cambios normativos.

La planificación fiscal es hoy tan importante como la gestión financiera o productiva. Implementar estas estrategias permite minimizar impuestos, mejorar la competitividad y ganar previsibilidad. El consejo final es sumar al contador al proceso de toma de decisiones: la parte fiscal ya no puede quedar en segundo plano.



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