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Bandas que ajustan por inflación y un programa gradual para acumular reservas sin sacudir el mercado.


Los datos muestran que el salario le ganó a la inflación en 2024, pero el bolsillo de los argentinos cuenta otra historia. ¿Por qué hay una brecha entre la estadística y la realidad?
Actualidad14 de marzo de 2025 Infoempresas


Tiempo de lectura: 1:30 minutos
El último informe Del Sueldo al Plato, elaborado por CONINAGRO, señala que entre marzo y diciembre de 2024 el salario ganó poder de compra en relación a los alimentos básicos. Según los datos, los ingresos subieron un 148% interanual, mientras que la inflación en el mismo período fue del 117%, lo que, en términos técnicos, significa que el salario real se recuperó.

Pero el trabajador promedio no siente esta mejora en su vida diaria. A pesar de la recuperación estadística, muchas familias siguen teniendo dificultades para llegar a fin de mes. ¿Por qué ocurre esta contradicción?
Uno de los factores clave es que el análisis se centra en un grupo reducido de productos básicos, como el aceite, la yerba mate, la leche y el pan, cuyos precios aumentaron por debajo del promedio de inflación. Sin embargo, otros gastos esenciales como alquileres, transporte, tarifas de servicios y salud han subido más rápido que los salarios, erosionando cualquier mejora en el poder adquisitivo.
El informe analizó seis alimentos esenciales y encontró que en todos los casos se podía comprar más cantidad con el mismo sueldo en diciembre de 2024 que en marzo.
En los números, la mejora es evidente, pero el análisis solo contempla una parte del presupuesto de las familias. Otros gastos siguen presionando los bolsillos y reduciendo el impacto positivo del aumento salarial.

Si bien algunos precios de alimentos aumentaron menos que la inflación general, otros servicios esenciales han tenido subas muy por encima del índice oficial:
Por esta razón, aunque el salario haya ganado capacidad de compra en algunos productos, no alcanza para compensar la suba de otros gastos fijos, lo que explica por qué muchas familias no sienten una verdadera mejora en su economía cotidiana.

La gran incógnita es si la tendencia de mejora del poder adquisitivo se traducirá en una mejora real en la calidad de vida de los trabajadores. Para ello, será fundamental que la inflación siga controlada y que los aumentos salariales impacten en todos los sectores del presupuesto, no solo en los alimentos.
Mientras tanto, los datos dicen una cosa y la realidad otra: aunque las estadísticas muestren una recuperación, muchas familias siguen ajustando sus gastos y no sienten que su salario rinda más en la vida cotidiana.



Bandas que ajustan por inflación y un programa gradual para acumular reservas sin sacudir el mercado.

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El economista plantea que el Gobierno deberá cambiar la estrategia para acumular dólares sin frenar la economía.