Vaca, Pollo o Cerdo, qué consumen más los argentinos?

La escena es conocida: el asado como ritual, símbolo nacional y protagonista casi exclusivo en cualquier reunión. Pero los números recientes muestran un giro estructural: la carne vacuna perdió peso, mientras el pollo y el cerdo avanzan sostenidamente hasta instalar una nueva lógica de consumo entre los argentinos. Un cambio que no solo modifica hábitos, sino que también plantea desafíos productivos, oportunidades de negocio y nuevos escenarios para las empresas del sector.

Actualidad01 de diciembre de 2025 Infoempresas
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Tiempo de lectura: 2 min

Una transformación silenciosa pero contundente

Durante décadas, Argentina mantuvo un fenómeno único: la carne vacuna era tan dominante que sus sustitutas –pollo y cerdo– se acomodaban en precio muy cerca de ella. No por costos productivos, sino por preferencia cultural y por lo que el consumidor estaba dispuesto a pagar.

Sin embargo, el escenario cambió. Según los datos analizados en el informe, la evolución reciente muestra una tendencia clara:

  • La hacienda vacuna subió 72% en lo que va del año, superando ampliamente a otras proteínas.

  • El cerdo aumentó solo 21%, según Juan Uccelli, expresidente de la Asociación Porcina.

  • La relación entre cortes vacunos y pollo también se amplió, según los datos del INDEC.

Esto llevó a que, por primera vez en mucho tiempo, el precio marca el camino y empuja al consumidor a reformular la mesa.

En Argentina hoy se consume la misma cantidad de carne aviar que vacuna, y casi 20 kg per cápita de cerdo, ubicando al país entre los tres mayores consumidores de carne del mundo.

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Un factor estructural: el stock no crece, la población sí

A mediados del siglo XX, el país llegó a consumir más de 100 kg de carne vacuna por habitante al año. Era posible porque había abundancia: un stock bovino robusto para una población de 25 millones.

Hoy somos casi el doble de habitantes, pero el stock ganadero permanece prácticamente igual. El resultado era inevitable:

  • El consumo de carne vacuna cayó a 48 kg per cápita, posiblemente un piso histórico.

  • La demanda interna se redistribuye hacia proteínas más accesibles y eficientes.

Eficiencia productiva: la razón que empuja el cambio

Los costos también juegan un rol clave. Para ganar 1 kg de peso:

  • Un novillito necesita 7 kg de alimento.

  • El cerdo, menos de 3 kg.

  • El pollo, cerca de 2,5 kg.

Esto explica por qué en el mundo una porción de carne vacuna puede costar entre 50% y 180% más que el pollo, según el país. Japón lidera la brecha, mientras que en Israel, Alemania y Francia la diferencia también es significativa.
Brasil muestra un caso llamativo: un bife cuesta el doble que un filet de pollo. Uruguay, con una relación stock/población cómoda, sigue siendo la excepción.

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¿Adiós a la épica del asado?

La respuesta parece inclinarse por el sí, al menos en términos cuantitativos.
La cultura del asado seguirá viva —nadie lo pone en duda—, pero los datos indican que formará parte de un mix más diverso, donde el pollo y el cerdo ganan terreno definitivo.

La conclusión del informe es categórica:

Con un stock ganadero estancado y una demanda global alta por carne vacuna, el futuro del consumo argentino será menos vacuno y más porcino y aviar. Es irreversible.

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Claves para empresas y productores

Para las empresas agroindustriales, frigoríficos, distribuidores y pymes alimentarias, esta nueva ecuación implica:

  • Nuevas oportunidades para proyectos avícolas y porcinos.

  • Mayor competitividad en precios internos y exportación.

  • Cambios en estrategias comerciales, especialmente en provincias como Chaco, donde la integración productiva puede acelerar la transición.

  • Demanda creciente de cortes saludables y accesibles, alineados con tendencias globales.

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