De un bolso en la calle a marcas consolidadas la historia de Hebra y MDH

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Un inicio con sacrificio

Hace más de dos décadas, Gustavo Paz nació en Tres Isletas, en el seno de una familia de comerciantes. Desde chico estuvo “detrás de un mostrador”: con apenas seis años ayudaba a pesar bolsas de papa en el negocio de sus padres. Ese contacto temprano con la atención al cliente fue su primera escuela.

En 2012, mientras estudiaba abogacía en Castelli, decidió emprender. Con un bolso que le había regalado su padre al comprar un auto, comenzó a recorrer casas vendiendo camisas y pantalones. Así nació MDH (Moda de Hombres / Moda de Hoy), una marca pensada para la clase media, estudiantes y trabajadores jóvenes que buscaban estilo, buen precio y cercanía.

MDH moda accesible para todos

Con el tiempo, MDH se consolidó como una opción para hombres que quieren vestirse bien sin pagar precios exorbitantes. La estrategia se apoyó en el trato cercano y el boca a boca, que multiplicó las ventas y transformó al local en una referencia en Sáenz Peña.

Hebra un paso más

El crecimiento llevó a Gustavo a crear Hebra, una marca con un perfil más aspiracional, dirigida a un cliente exigente y con poder de compra. Allí se destacan prendas de tendencia, detalles de diseño y un ambiente de compra sofisticado, inspirado en referentes internacionales como Zara e Inditex.

Experiencia de compra y redes sociales

Para Paz, la vidriera física y digital son igual de importantes. En los locales, cuida cada detalle: desde la iluminación hasta el aroma y la música. “Queremos que el cliente sienta que está en su casa”, explica. La experiencia apunta a que quien entra pueda armar un look completo en una sola visita.

En el terreno digital, Gustavo se define como precursor en ventas online. Desde sus inicios apostó a Facebook y luego a Instagram, donde él mismo gestiona las cuentas de las marcas. Genera contenido con fotografía profesional, influencers locales y promociones segmentadas, manteniendo un vínculo directo con sus clientes.

La innovación también se refleja en las vidrieras, que se renuevan todas las semanas. Gustavo viaja, observa y se inspira en marcas internacionales, replicando ideas adaptadas a la realidad local. Incluso ha formado a jóvenes que hoy se desempeñan como community managers, multiplicando el impacto de su estilo comercial.

El desafío de emprender en Chaco

El mercado de la moda masculina en Chaco presenta retos particulares: los hombres consumen menos que las mujeres y muchas veces son más conservadores en sus elecciones. Un ejemplo claro es la transición del pantalón chupín al corte recto, tendencia que cuesta imponer entre los clientes locales.

A esto se suma el poco cumplimiento de la ley de talles, lo que genera frustración en los consumidores. Sin embargo, Gustavo sostiene que Sáenz Peña le brindó más oportunidades de crecimiento que su ciudad natal. La clave, asegura, está en no competir solo por precio, sino en ofrecer un valor agregado.

Además, participar en iniciativas como el Black Friday organizado por la Cámara de Comercio y la Federación Económica del Chaco fue clave para potenciar las ventas y aprovechar las oportunidades del mercado.

Filosofía emprendedora

Con tres proyectos en marcha (MDH, Hebra y Puigbó Padel), Gustavo aprendió a delegar y organizar su tiempo, entendiendo que no se puede estar en todos lados.

Su mensaje para los emprendedores es directo y motivador:
“No hay que esperar a tener todo perfecto, hay que arrancar con lo que se tiene, seguir la pasión y ser constante. Si le ponés ganas, tarde o temprano llegan los resultados.”