Las claves para romper el piso del 4% de inflación en Argentina

El economista Fausto Spotorno, ex integrante del Consejo de Asesores del presidente Javier Milei, ha planteado un análisis profundo sobre los motivos que impiden que la inflación en Argentina baje del 4%. Según Spotorno, la persistencia de este índice inflacionario está relacionada principalmente con un exceso monetario heredado de déficits cuasifiscales pasados. A pesar de los esfuerzos recientes del gobierno para controlar esta situación, la inflación de agosto se mantuvo en un 4,2%, marcando el cuarto mes consecutivo en este rango.

Spotorno subraya que este exceso monetario es solo una parte del problema. A esto se suma un proceso de reordenamiento de precios que complica aún más el escenario inflacionario. Según el economista, mientras que los servicios promediaron un aumento del 6,5% mensual, los bienes registraron una variación del 3,2%. Este desbalance entre precios de bienes y servicios indica que la inflación no solo es un problema monetario, sino también estructural.

Para superar la barrera del 4%, Spotorno sugiere que es imprescindible consolidar la política monetaria y fiscal y unificar el mercado de cambios. Sin embargo, advierte que estas medidas no serán suficientes si no se acompañan de una desregulación económica y una clarificación de las perspectivas y reglas hacia el futuro. El economista recalca que, para lograr una inflación más baja y estable, es necesario también eliminar el cepo cambiario y permitir un acceso más libre a los mercados globales.

Uno de los desafíos más destacados que menciona Spotorno es el relacionado con la suba de tarifas y la necesidad de un ajuste gradual que evite el impacto negativo en los sectores más vulnerables de la sociedad. Además, la baja de retenciones es otro punto crucial que el Gobierno deberá considerar para incentivar la producción y fomentar las exportaciones, generando un flujo de dólares necesario para estabilizar la economía. La liberalización de ciertos sectores podría contribuir a mejorar el acceso a mercados internacionales, permitiendo un dinamismo económico que podría ayudar a reducir la presión inflacionaria.

La inflación en Argentina ha sido un problema persistente durante décadas. Según un informe reciente del INDEC, en lo que va del año, los precios minoristas han aumentado un 94,8%, y el incremento interanual es del 236,7%. Aunque estas cifras son altas, han mostrado una leve desaceleración respecto a meses anteriores, lo que da señales mixtas sobre la efectividad de las políticas actuales. El desafío sigue siendo encontrar un equilibrio entre el control de la inflación y el crecimiento económico sostenible.