Cada vez más empresas apuestan por las SAU: ¿por qué crecen en Argentina?

Mercado Libre, Zurich, Naranja y EPEC ya utilizan esta figura jurídica. ¿Qué ventajas ofrece una Sociedad Anónima Unipersonal?

Actualidad30 de abril de 2025 Infoempresas
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Tiempo de Lectura: 1:30 min.

Un formato que conquista grandes empresas

Desde que en 2015 la reforma del Código Civil y Comercial habilitó en Argentina las Sociedades Anónimas Unipersonales (SAU), esta figura no dejó de ganar protagonismo. Empresas como Mercado Libre, Zurich, Naranja y EPEC ya dieron el paso. ¿Por qué? La respuesta está en una combinación poderosa: mayor control, protección patrimonial y acceso a beneficios fiscales.

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¿Qué es una SAU y por qué crece su uso?

Una SAU es una sociedad anónima conformada por un único socio, que puede ser una persona física o jurídica. Su principal atractivo es la limitación de la responsabilidad al capital aportado, protegiendo el patrimonio personal.

A diferencia de las SAS (Sociedades por Acciones Simplificadas), donde el capital inicial ronda los $600.000, las SAU requieren un aporte mínimo de $30 millones, totalmente integrados al momento de la constitución. Además, deben contar con un síndico y un director, requisitos que refuerzan los estándares de legalidad y transparencia.

Menos socios, más control y más oportunidades

Las SAU surgieron como una solución para quienes desean emprender grandes proyectos sin necesidad de sumar socios. Además, los cambios normativos simplificaron su estructura, permitiendo operar con un solo director y un síndico, lo que redujo los costos iniciales.

Este formato se volvió aún más estratégico con la llegada del Régimen de Incentivos a la Inversión (RIGI), que exige a las empresas un objeto social específico para proyectos de gran escala. Firmas como YPF utilizaron la SAU para canalizar inversiones por encima de los $200 millones, aprovechando los beneficios fiscales y aduaneros que ofrece el RIGI.

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¿Quiénes pueden formar una SAU?

Según especialistas del estudio Castillo y Asociados, pueden constituir una SAU:

  • Emprendedores individuales que buscan limitar su responsabilidad.
  • Empresas grandes que necesitan crear subsidiarias para proyectos específicos.
  • Inversores del RIGI, que requieren una estructura societaria exclusiva.

El proceso de creación varía entre jurisdicciones, pero siempre implica un estatuto, inscripción en el Registro Público y controles estatales permanentes, otorgándole a las SAU un nivel de formalidad superior a las SAS.

Hoy, aunque no existen estadísticas oficiales de su crecimiento, es evidente que las SAU se están consolidando como un vehículo ágil, seguro y confiable para proyectos de gran escala en Argentina.

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