Brasil juega el “Jogo Bonito” industrial: Argentina es hasta 30% más cara

El nuevo presidente de la UIA advirtió sobre las desventajas estructurales que enfrenta la industria nacional frente a su par brasileña. ¿La clave? Reformas pendientes y un “Costo Argentino” que impide despegar

Opinión05 de junio de 2025 Infoempresas

Tiempo de lectura: 1:50 min.

En el campo industrial, Brasil marca el ritmo y Argentina corre desde atrás. Así lo describió Martín Rappallini, flamante presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), durante su visita a Córdoba, donde presentó un crudo diagnóstico sobre los desafíos que enfrenta el aparato productivo nacional.

“La industria argentina es entre un 25% y 30% más cara que la brasileña”, sentenció. ¿Las causas? Una combinación de alta presión impositiva, costos laborales elevados, infraestructura deficiente y falta de previsibilidad jurídica, que impacta especialmente en las PyMEs.

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La desventaja estructural que frena la producción

Rappallini respaldó el camino hacia la estabilización macroeconómica que impulsa el Gobierno, pero fue claro: no alcanza si no se encaran reformas estructurales profundas.

“El proceso de desinflación revela distorsiones acumuladas durante décadas”, explicó. En ese contexto, el dirigente pidió reglas de juego claras, previsibilidad y condiciones similares a las que enfrentan los productos importados

El “Costo Argentino” y la pérdida de competitividad

Con el concepto de “Costo Argentino”, el titular de la UIA agrupó los obstáculos que encarecen toda la cadena de valor: desde la producción hasta la logística. Los problemas son múltiples:

  • Carga tributaria asfixiante

  • Déficit en infraestructura (rutas, puertos, energía)

  • Poca capacitación laboral

  • Falta de crédito competitivo

  • Inseguridad jurídica

El combo desalienta inversiones, especialmente en sectores productivos con potencial exportador.

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Reforma laboral e impositiva: el reclamo industrial

La UIA plantea avanzar sin dilaciones en dos frentes clave: reforma laboral e impositiva, con foco inicial en los sectores transables (aquellos que compiten con importaciones o exportaciones). El objetivo es claro: sostener empleo, atraer inversiones y generar divisas genuinas.

El panorama sectorial: luces y sombras

El 2024 fue un año de ajuste: actividad en baja y pérdida de empleo. Algunos sectores, como el automotriz o bienes durables, muestran signos de recuperación. Pero otros —textil, calzado, construcción— siguen en crisis.

Vaca Muerta, mencionada como oportunidad estratégica, requiere avanzar en infraestructura (gasoductos) y marcos regulatorios estables para atraer inversiones privadas.

¿Y si abrimos sin prepararnos?

Rappallini también alertó sobre los peligros de una apertura comercial abrupta sin agenda de competitividad: “Podría profundizar la brecha con productos extranjeros”. El mensaje es claro: sin estrategia, la industria local no podrá competir.

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