
Lo que dejó la semana: claves económicas para comenzar con ventaja.
Precios que vuelven a acelerar, industria en baja y señales mixtas para el cierre del año.


Los cambios generan hasta USD 76 más por hectárea, pero la presión impositiva sigue por encima del 50%.
Actualidad12 de diciembre de 2025 Infoempresas


⌚ Tiempo de lectura: 1:45 min
Un informe del IERAL-Fundación Mediterránea analizó el impacto de las recientes bajas de retenciones sobre la rentabilidad agrícola de la campaña 2025/26. La conclusión central: el alivio existe, pero la carga tributaria continúa siendo muy elevada, especialmente en zonas extrapampeanas.
El estudio compara el esquema vigente —soja al 24% y maíz al 8,5%— con las alícuotas que regían cuando Javier Milei asumió (33% y 12%). La mejora neta depende de zona, escala y tenencia de la tierra.

El análisis considera cuatro modelos productivos (propietarios y arrendatarios en zona núcleo y extrapampeana), con 500 hectáreas y rotación 50% soja / 50% maíz.
Los resultados:
Zona núcleo – propietario: +USD 76/ha
Zona núcleo – arrendatario: +USD 53/ha
Extrapampeana – propietario: +USD 58/ha
Extrapampeana – arrendatario: +USD 52/ha
La mejora proviene de una reducción de la carga tributaria de 8 a 20 puntos porcentuales, según el caso.
Aun con la baja de retenciones, el IERAL advierte:
53% a 73% de carga tributaria para la zona núcleo.
67% a 123% en zonas extrapampeanas.
Cuando la carga supera el 100%, el productor arrendatario directamente pierde dinero: paga más impuestos de lo que obtiene como margen.
El informe remarca que muchas tierras marginales podrían volverse rentables sólo si continúa la reducción de derechos de exportación.

El IERAL estimó cuánta recaudación pierde el Estado por bajar retenciones en 2024–2025:
Recaudación DEX 2026 con alícuotas actuales: USD 5.030 millones
Recaudación hipotética con tasas de 2023: casi USD 7.000 millones
Diferencia devuelta al sector: USD 1.950 millones.
La última baja implica un impacto fiscal adicional de USD 520 millones anuales.
El efecto neto no es completamente pérdida para el Estado: parte se recupera vía Ganancias, IVA e impuestos a la actividad.
El informe advierte que si provincias y municipios suben alícuotas locales, podrían anular la mejora de competitividad que genera la baja de retenciones.
Se requiere:
reglas claras y permanentes,
coordinación tributaria entre jurisdicciones,
evitar aumentos locales que “comen” el alivio fiscal nacional.
Sin un esquema articulado, la capacidad para impulsar inversión y expansión agrícola queda limitada.

La rebaja de retenciones mejora márgenes y da un respiro al productor, pero:
la presión impositiva continúa siendo muy alta,
los arrendatarios extrapampeanos siguen en situación crítica,
y el impacto fiscal exige una estrategia tributaria coordinada.
Para economías regionales como Chaco, donde el maíz, el girasol y la soja son parte central del esquema productivo, estos cambios pueden marcar la diferencia entre mantener o no la superficie sembrada.



Precios que vuelven a acelerar, industria en baja y señales mixtas para el cierre del año.