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Endeudamiento en alza, tasas que duplican y cuadruplican la inflación, y un escenario que inquieta a empresas y consumidores


Un nuevo relevamiento muestra que cada vez más provincias exhiben salarios expresados en dólares que superan los niveles promedio del país. La brecha entre jurisdicciones se amplía, empujada por actividades de alto valor agregado y por sectores que, aún sin dolarizar formalmente contratos, ajustan remuneraciones siguiendo la referencia del tipo de cambio.
Provinciales25 de noviembre de 2025 Infoempresas


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El documento señala que la práctica de medir salarios en dólares dejó de ser excepcional para convertirse en un parámetro habitual para empresas y trabajadores.
Aunque no implica dolarización contractual, sí refleja la necesidad de evaluar ingresos en una moneda estable frente a una inflación persistente.
Las provincias con actividades más dinámicas —particularmente energía, minería, industria pesada y sectores ligados a exportaciones— alcanzan remuneraciones que duplican o triplican las de distritos con menor desarrollo productivo.

El estudio confirma que Neuquén conserva el liderazgo en salarios medidos en dólares, impulsado por Vaca Muerta y por un mercado laboral que exige perfiles calificados y paga por encima del promedio nacional.
Otras provincias patagónicas también muestran remuneraciones altas, sostenidas por actividades vinculadas a hidrocarburos, logística y servicios especializados.
El contraste es notable cuando se compara con regiones del NOA y NEA, donde los salarios —incluso convertidos al tipo de cambio libre— quedan muy por debajo y reflejan economías menos diversificadas.

Más allá del factor geográfico, el informe destaca el peso de los sectores que pagan por encima del promedio. La industria energética sigue al tope, seguida por minería, finanzas, tecnología y ciertos segmentos industriales que se mantienen activos a pesar del contexto macroeconómico.
En cambio, sectores como comercio, turismo y servicios personales continúan con remuneraciones bajas, fuertemente afectadas por la caída del consumo y la informalidad.
El análisis subraya que estas diferencias no solo afectan la comparación entre provincias, sino que también condicionan la movilidad laboral.
La distancia entre salarios altos y bajos provoca migraciones internas, encarece costos empresariales en zonas productivas y obliga a ampliar incentivos para atraer y retener mano de obra.
A la vez, medir salarios en dólares expone con más claridad la pérdida de poder adquisitivo del ingreso promedio nacional, que no logró recuperar el terreno perdido frente a la inflación.

El panorama salarial dependerá de la evolución del tipo de cambio, de la recuperación del empleo formal y del desempeño de sectores estratégicos.
Si las actividades exportadoras mantienen dinamismo, la brecha entre provincias podría ampliarse, consolidando un mapa salarial cada vez más heterogéneo.
El informe concluye que la dolarización de referencia llegó para quedarse y que será un factor clave en las negociaciones laborales del próximo año.



Endeudamiento en alza, tasas que duplican y cuadruplican la inflación, y un escenario que inquieta a empresas y consumidores

El último acuerdo salarial del gremio de Comercio define cuánto cobrarán los empleados en diciembre de 2025, incluyendo aguinaldo y el bono extra que acompaña la liquidación de fin de año. Las escalas muestran una mejora nominal, pero todavía enfrentan el desafío de la pérdida de poder adquisitivo acumulada durante el año.

Un nuevo relevamiento muestra que cada vez más provincias exhiben salarios expresados en dólares que superan los niveles promedio del país. La brecha entre jurisdicciones se amplía, empujada por actividades de alto valor agregado y por sectores que, aún sin dolarizar formalmente contratos, ajustan remuneraciones siguiendo la referencia del tipo de cambio.

Con la actualización de diciembre ya aplicada, el Salario Mínimo, Vital y Móvil quedó por debajo de la inflación acumulada y perdió capacidad de compra. Mientras tanto, el Gobierno evalúa la próxima convocatoria al Consejo del Salario, donde sindicatos y empleadores deberán acordar una nueva suba en un contexto de fuerte caída del poder adquisitivo.