

Picudo algodonero: el INTA y el Conicet identifican nuevas claves para mejorar su control.
Una investigación conjunta del INTA y el Conicet reveló que el picudo algodonero, una de las principales plagas del cultivo de algodón, presenta variaciones morfológicas según la estación y la región del país. El hallazgo permitirá ajustar las estrategias de manejo y control, especialmente en las zonas productivas del NEA.
Actualidad13 de noviembre de 2025 Infoempresas


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Un estudio pionero en el NEA
El trabajo fue realizado por investigadoras del INTA Sáenz Peña (Chaco) y del Conicet, que analizaron ejemplares recolectados en distintas localidades de Chaco, Santa Fe, Formosa y Santiago del Estero durante el invierno y la temporada de cultivo.
“Este tipo de estudios permite detectar patrones de variación relacionados con factores ambientales, prácticas agrícolas y disponibilidad de hospedantes alternativos, lo que es clave para ajustar estrategias de control”, explicó Carolina García, investigadora del INTA Sáenz Peña.

Morfología variable según el ambiente
Los resultados demostraron diferencias significativas en el tamaño corporal de los adultos entre regiones y estaciones del año. En particular:
Los ejemplares del Chaco (Sáenz Peña y Villa Ángela) mostraron mayor tamaño y peso corporal que los de Santa Fe, Formosa o Santiago del Estero.
Las poblaciones recolectadas en invierno presentaron menor variabilidad morfológica que las de temporada de cultivo.
Las mayores diferencias se observaron en la longitud de los élitros y la longitud total del cuerpo.
“Estas variaciones podrían estar vinculadas a la disponibilidad de alimento, las condiciones climáticas y la presión del manejo agrícola”, detalló García.
La investigadora agregó que el monitoreo de hospedantes alternativos en la temporada sin algodón podría ser fundamental para anticipar los niveles de infestación.
Factores genéticos y ambientales
La coautora Ana Laura Nussenbaum, del Conicet, explicó que las diferencias observadas parecen tener más relación con el entorno que con factores genéticos.
“Las poblaciones comparten un origen reciente en Argentina, lo que sugiere que las variaciones morfológicas se deben sobre todo a condiciones ambientales y agronómicas”, indicó.
Según la especialista, los individuos con mejores parámetros corporales muestran mayor desempeño y presión de plaga, lo que refuerza la importancia de conocer su dinámica poblacional.

Estudios genéticos complementarios
Además del análisis morfológico, el equipo realizó un estudio genético para determinar la existencia de diferencias a nivel de ADN mitocondrial. Los resultados indicaron alta homogeneidad genética entre los individuos y solo un sitio con dos variantes distintas, detectado por primera vez en esta especie.
“Estos estudios abren nuevas líneas de investigación para identificar marcadores moleculares que permitan detectar diferencias genéticas entre poblaciones”, explicó Silvia Lanzavecchia, codirectora del proyecto e investigadora del Instituto de Genética del INTA.

Hacia un manejo más eficiente del cultivo
Los hallazgos permitirán desarrollar estrategias de manejo diferenciadas por región y estación, optimizando el control del picudo algodonero, considerado la plaga más dañina del algodón en América del Sur.
El estudio —parte de la tesis doctoral de Carolina García en la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE)— fue publicado en una revista científica especializada y marca un avance clave para la sanidad del algodón en el NEA argentino.



