

El contrabando arrincona a las pymes, crece en todo el país y amenaza la producción nacional
Desde Mendoza hasta La Pampa, se multiplican los productos ilegales mientras las fábricas locales cierran y el empleo cae. CAME y UIA piden medidas urgentes.
Actualidad08 de agosto de 2025 Infoempresas


⌚ tiempo de lectura: 2:30 min.
Una avalancha silenciosa atraviesa la frontera y se instala en las góndolas argentinas. Con productos más baratos, sin impuestos ni controles, el contrabando se expande por todo el país y desata una tormenta perfecta para las pymes nacionales: caída de ventas, menor empleo y un desincentivo generalizado a la producción formal.
Lo que antes era un fenómeno concentrado en el norte del país, hoy alcanza ciudades como Mendoza, San Luis o La Pampa, según advierte la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). La combinación de dólar barato, desregulación del comercio y un sistema fiscal asfixiante, empujó al límite a muchos rubros.
Del norte al país entero
“La situación se agravó. Hoy ingresan más productos ilegales que legales”, alertó Fabián Hryniewicz, de la Comisión de Fronteras e Ilegalidad de CAME. Las bandas operan con logística profesional: camiones, rutas alternativas, servicios de courier trucho e incluso depósitos ocultos. Electrodomésticos, calzado, cigarrillos, ropa y juguetes son parte de un circuito comercial paralelo que gana terreno.
Una de las novedades más preocupantes es el avance de los “manteros digitales”: vendedores que utilizan redes sociales y plataformas de e-commerce para ofrecer productos ilegales, sin controles ni trazabilidad. Escapan a toda regulación, pero compiten directamente con los comercios formales.
Desde la Unión Industrial Argentina (UIA) se reunieron con el Ministerio de Seguridad para exigir controles. Alertan que esta informalidad creciente pone en riesgo al consumidor y genera una competencia brutal para los actores formales, que ya arrastran una elevada presión tributaria.
Juguetes peligrosos, calzado trucho y un mercado sin reglas
Dos rubros claves son los más golpeados:
Calzado: Según la Cámara del Calzado (CIC), proliferan locales en CABA y La Matanza que venden zapatillas sin etiquetas ni registros. Las “marcas” provienen de China, Perú y Chile, y no hay forma de competir con sus precios.
Juguetes: La Cámara del Juguete estima que el 30% del mercado está copado por productos ilegales, en ferias, redes sociales o canales digitales informales. A días del Día del Niño, crece la preocupación por artículos sin certificación ni seguridad, con piezas tóxicas o riesgosas.
“La informalidad no solo arruina a las pymes: puede ser fatal para un niño”, señalan desde la entidad.
Una economía formal en retroceso
Los efectos son múltiples:
38% del precio de góndola corresponde a carga fiscal, según CAME.
Desempleo creciente por cierre de talleres y fábricas.
Importaciones en récord: ya representan el 32% del PBI, el máximo en 135 años.
Exportaciones apenas crecen 2%, desincentivando la producción nacional.
Además, el impacto se retroalimenta socialmente. “Al haber más gente desocupada, el efecto es boomerang”, explicó Hryniewicz. El ingreso masivo de productos ilegales empuja al cierre de comercios, lo que genera más desempleo y, en consecuencia, mayor informalidad.
Desde CAME proponen incluso medidas anticíclicas en ciudades fronterizas: subir los impuestos cuando el tipo de cambio favorece la salida de consumidores hacia países limítrofes, y bajarlos a tasa cero cuando ocurre lo contrario. Esta herramienta permitiría equilibrar la competitividad de las pymes locales sin afectar la recaudación en el largo plazo.
Desde el sector pyme insisten en que la solución no puede limitarse a operativos puntuales. “Hace falta una política integral: proteger la producción nacional, simplificar el sistema impositivo y garantizar una red efectiva de controles, tanto en fronteras como en comercios físicos y online”, resumen desde CAME.

