Ingrid Goldberg, una mujer empresaria que ha revitalizado una empresa con ocho décadas de trayectoria, demostrando que el empoderamiento y la innovación van de la mano.
Mujeres Empresarias24 de julio de 2024 InfoEmpresas
Ingrid Goldberg, una contadora de 32 años, se graduó en el año 2000 de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNNE. Durante sus estudios, trabajó para el Grupo Relats en la ciudad de Corrientes, ganando valiosa experiencia en el sector privado. Una vez recibida, se incorporó a la emblemática fábrica de Gaseosas Tubito, donde continuó desarrollándose profesionalmente. Posteriormente, se unió al estudio contable de su padre, Horacio Goldberg, de quien aprendió todo sobre la profesión y los negocios.
La historia de la empresa que hoy dirige Ingrid comienza hace casi 80 años, fundada por su abuelo, Walter Lattmann, un suizo visionario e inteligente. La empresa abarcaba sucursales en toda la provincia y se dedicaba al rubro de electrodomésticos, concesionaria de automóviles y estaciones de servicio. Sin embargo, los vaivenes de la economía argentina hicieron que solo sobreviviera MECANAGRO CHACO SACIF, una estación de servicio bajo la bandera Shell.
Asumir el relevo generacional de una empresa con tanta historia conlleva el peso de honrar a los predecesores: su abuelo Walter, sus padres Horacio Goldberg y Patricia Lathman, y sus hermanos Walter y Germán. Ingrid se ha dedicado a mantener y expandir el legado familiar, convirtiendo la empresa en un símbolo de superación, eficiencia y calidad.
En su recorrido empresarial, MECANAGRO CHACO SACIF renovó la tradicional estación de servicios de calle 14 esquina 9, en el centro geográfico de Sáenz Peña. Se cambiaron tanques, aleros, surtidores y se incorporó tecnología avanzada. Además, el shop ofrece la posibilidad de disfrutar café Bonafide, convirtiéndose en un punto de encuentro con productos y servicios de calidad.
Ingrid siente que, aunque este rubro ha sido históricamente manejado por hombres, siempre se ha sentido muy cómoda y apoyada por su familia. El respaldo de sus hermanos Walter y Germán, su madre Patricia, y su esposo Hugo Vich ha sido fundamental para su éxito. Para Ingrid, el ser mujer empresaria y el empoderamiento significan soñar y concretar proyectos, superar obstáculos y apoyar a otras mujeres emprendedoras.
A la par de sus responsabilidades empresariales, Ingrid valora enormemente su rol como madre de Emilia y Tomás. Además, participa activamente como vicepresidenta de la Asociación Fraternal Israelita, promoviendo los valores de su cultura y trabajando por el respeto entre las personas y sus diversidades.
Divertirse en el trabajo, aceptar desafíos, aprender de los errores, escuchar y trabajar en equipo son los pilares de la visión de Ingrid Goldberg como mujer empresaria. Su historia es un testimonio de cómo la determinación y el espíritu de superación pueden transformar y liderar con éxito una empresa de 80 años de historia.
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