Importaciones récord: la ropa del exterior ya copa el 67% del mercado

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La moda importada pisa fuerte y la industria nacional pierde terreno

La apertura económica ya tiene su impacto palpable en las góndolas de shoppings, tiendas online y boutiques del país: la ropa importada pasó de representar el 56% al 67% del total vendido en Argentina en solo tres meses. Así lo revela un informe de la Fundación ProTejer, que además advierte que la participación de la industria nacional cayó al 33%, su nivel más bajo desde 2015. 

En paralelo, las compras vía courier se dispararon al punto de requerir ampliaciones en la infraestructura aeroportuaria. El 75% de la indumentaria que se comercializa en shoppings es de origen extranjero, un dato que expone una transformación estructural en el entramado productivo textil.

Subfacturación y precios en caída libre

El boom de importaciones no viene solo. ProTejer alerta sobre valores de ingreso muy por debajo de los históricos, con un promedio por kilo 26% menor al de 2024. Los tejidos de punto, por ejemplo, llegaron en el primer trimestre del 2025 a precios un 45% más bajos que los registrados en la última década. 

Este fenómeno genera sospechas de subfacturación incentivada por la eliminación de valores criterio y controles aduaneros. Mientras tanto, el volumen importado de textiles se disparó un 155% respecto a 2024 y ya supera todos los registros desde 2012.

Competencia desigual y presión sobre el empleo

Con una rentabilidad cada vez más ajustada, las empresas nacionales enfrentan una competencia que no solo es feroz, sino también desleal. El informe advierte sobre cierres de fábricas, pérdida de empleo y la desaparición de eslabones clave en la cadena de valor.

Y aunque la ropa subió 92% entre diciembre de 2023 y marzo de 2025, lo hizo por debajo del IPC, que marcó un 136%. Esto confirma que la baja de precios no responde a mayor competencia, sino al desplome del consumo interno.

 ¿Por qué una remera nacional cuesta lo que cuesta?

Uno de los argumentos más comunes es que la ropa hecha en Argentina es "muy cara". Pero solo el 8% del precio de una remera de marca en un shopping corresponde a la producción industrial. El resto se reparte entre impuestos (50%), alquiler y servicios financieros (30%), y marketing y logística (12%). 

Así, la ecuación es clara: la industria nacional no puede competir en igualdad de condiciones cuando el problema no está en la fábrica, sino en todo lo que viene después.